ÉL

ÉL
Un amor para toda la vida.

Si pudiera explicarte qué se siente

Si pudiera explicarte qué se siente
NO VALDRÍA LA PENA BAILARLO

jueves, 7 de octubre de 2010

Añoranzas...

Llevo unos días con el recuerdo de mi colegio en la mente, y las lágrimas vuelven a mis ojos...
Hecho mucho de menos esos intensos recreos jugando a pique.
El mejor recreo era aquel en que llegabas a clase repitiéndole a todo el mundo que habías quedado "rey", en nuestros tiempos de primaria, para un niño de nuestra edad, era lo mejor que te podía pasar si eras fanático de este maravilloso juego.Un recreo tras otro... nunca te cansabas.
Tambíen hecho en falta esas esperas en los soportales hasta que llegaba Lola, la entrañable profesora de música, que también se hacía sus trabajillos como pintora de brocha fina. Flauta en mano, y con la pesada mochila a la espalda (cualquiera nos diría ahora que esa mochila pesaba, comparándola con la de ahora), la espera hasta entrar y poder comenzar la clase, se hacía eterna.
No olvidemos tampoco, esos ensayos de carnaval. Eran estupendos! Y aunque te perdieras algunos recreos de pique intensivo, merecían la pena. Mª José, que por aquel entonces ejercía de jefa de estudios, se subía al banco de siempre, y comenzaba a enseñarnos la coreografía de todos los años. Es muy curioso que siempre era la misma, pero en el fondo.. NOS ENCANTABA! Ya podía ser el traje todo lo hortera que quisiera, que nuestro baile en el patio del Arias Montano no nos lo quitaba nadie! Podía llover, tronar, diluviar, incluso si hubiera pasado un huracán, nos hubiera dado lo mismo, hubiesemos seguido bailando ese tan sonado: ilari-ilary-lari eh! o-o-o.
El día del centro. Era nombrar esas palabras, y como si de un conjuro se tratase, ese día la clase, estaba revuelta hasta las 14:00h. Era el mejor día del año para cualquier estudiante de primaria. Lo primero de todo, significaba que no tendrías que hacer tareas durante la tarde anterior, ya que al día siguiente, te pasarías toda la mañana haciendo la gymkana en el patio. En segundo lugar, significaba que tenías la diversión asegurada. Vale, sí, está bien, había algunas pruebas que la verdad, no nos hacían mucha gracia, pero era un día especial, que no se volvería a repetir hasta el año siguiente, y quieras o no... un día es un día!, así que tú, tirabas para adelante, te ponías el mundo por montera, y tragabas con lo que fuera.
Por la tarde, verbena. Si durante la mañana te lo habías pasado en grande, por la tarde-noche mucho más! Tenías desde castillos inchables hasta actuaciones de tus compis de clase. Sin lugar a dudas, era uno de los mejores días en el calendario escolar.
Me pasaría toda la vida contadoos mis recuerdos, porque sinceramente, no son pocos y  ninguno de ellos son un desperdicio, es más, cada uno de ellos, forma parte de lo que significó para mí  Arias Montano.
Pero ya es tarde, no hay tiempo.
Nos vemos en otra entrada!

No hay comentarios:

Publicar un comentario