Idiota. Así te sientes.
Sabes que ella nunca será tuya; pero ahí sigues tú, amándola desde la distancia.
En ocasiones te limitas a cerrar los ojos e imaginar que está tumbada junto a ti. Besándote. Acariciándote. Amándote. Haciéndote el amor...
También imaginas cómo sería una vida con ella. Llena de emociones fuertes, tardes interminables y noches de locura... haciéndote sentir la mujer más afortunada del mundo.
Pero vuelves a la realidad, miras a tu derecha ¿y qué encuentras? Nada. Soledad.
Sabes que ella nunca será tuya; pero ahí sigues tú, amándola desde la distancia.
En ocasiones te limitas a cerrar los ojos e imaginar que está tumbada junto a ti. Besándote. Acariciándote. Amándote. Haciéndote el amor...
También imaginas cómo sería una vida con ella. Llena de emociones fuertes, tardes interminables y noches de locura... haciéndote sentir la mujer más afortunada del mundo.
Pero vuelves a la realidad, miras a tu derecha ¿y qué encuentras? Nada. Soledad.
Dios Dios Dios Dios Dios.
ResponderEliminarUna entrada incríble. Trasmite muchisimo. Y me alegro enormenete de que la hayas escrito.
Gracias.
Pasa a mi apartado de MUY FAVORITOS